8.29.2011

Sobre las Vías del Tren




El Camino era largo y le pesaba el cansancio, sólo pensaba en volver a casa y recostarse después de una larga jornada. Deseaba llegar lo más rápido posible. El cielo amenazaba con llover y no quería que lo tomara desprevenido.
Entonces la vio, esa tarde nublada de diciembre. Parada frente a las vías aguardando el momento, sola. Nunca supo si estaba llorando o si estaba sonriendo; estaba de espaldas, sola. Nunca la vio con sus amigos, ni siquiera sabía si los tenía; siempre estaba calladita y sola. Tampoco se preguntó qué estaría haciendo allí, ni sospechó lo que pasaría. Así la dejó, como todos, sola.
Tenía dieciséis años y regresaba a casa con su mochila a cuestas. Las clases ya habían terminado hacía dos semanas, pero aún le quedaba una materia por dar.
Su pollera azul ondeaba con la fresca brisa y la piel de gallina aparecía en sus piernas desnudas. Su rostro, neutral; sus facciones, inexpresivas. Miraba al horizonte, pasando las vías, pasando su casa, pasando toda frontera existente hacia el blanco vacío de la incertidumbre que se extendía más allá de todo lo conocido. Caminó uno, dos, tres pasos, como queriendo alcanzar la tranquilidad que ese vacío le producía.
Aún hoy el remordimiento lo consume. Sabe que no es responsable, pero aún así no puede dejar de sentirse culpable. Él la había visto, la veía todos los días cuando caminaba hacia la escuela. También conocía a sus padres, vivían a la vuelta de la esquina, pero él no hizo nada ¿Cómo no se había dado cuenta? Estaba ciego, no lo vio, o no quiso hacerlo.
Supo después que en la infantil mente de ella, inexperta e inocente de dieciséis años, sólo existían las últimas palabras que su madre le había dicho esa mañana: “Si no das bien la materia, no volvés a casa”.
Jamás lo hizo.

Scarlet

8.28.2011

Ayudame.
Estoy cayendo, lentamente.
Estoy sufriendo, en silencio.
Quiero gritar.
Quiero llorar.

¿Qué ves cuando me ves?
Sólo una chica normal,
feliz,
alegre,
que ríe y no llora.

¿Cómo sabés que realmente
estoy bien?
No sabés, nadie sabe.
Ni siquiera yo.

No me reconozco, no sé quien soy.
Estoy cansada y quiero dormir,
para siempre, sin despertar,
sin recordar,
simplemente dormir.



Scarlet

8.26.2011

Gracias Plegarias de la Noche!


8.23.2011

INSOMNIO

8.22.2011

Bailando Con Tu Sombra


Esta canción está inspirada en un hecho de la vida real. Fue en ocasión de que Víctor Heredia había hecho un concierto solidario en una cárcel argentina. Luego de finalizado el evento se acercaron a él algunos presos con ciertas aptitudes para la música o para el canto, como suele suceder cuando él concurre a estos lugares. Cuando estaban conversando se acerca otro preso y uno de ellos exclama: "¡Uy, ahí viene el loco!"
A Víctor Heredia esto le llamó la atención y le contaron una historia que le pareció tremenda. El hombre en cuestión había asesinado a su compañera, y estaba cumpliendo una condena por haber cometido ese delito. Es lo que suele caratularse como "crimen pasional", pero lo tremendo es que el hecho de asesinar a su mujer le produjo un conflicto emocional, pues había matado también a lo que más quería en el mundo. El hombre todavía está preso, y sufre alucinaciones en las que cree ver a su mujer (o a su fantasma) que lo visita en la celda, y baila con ella.
La historia le provocó una profunda impresión a Víctor Heredia, quien ni bien volvió al hotel comenzó a componer esta canción, en la que pone palabras que reflejan la situación de un hombre que, vaya a saber por qué motivo, en un momento de ofuscación puso fin a la vida del ser que más amaba. El título no puede ser más descriptivo, y toda la letra expresa la pena de este desdichado, mucho mayor que la impuesta por la justicia de los hombres.

Quien podrá quererte como yo te quiero, amor 
quien pregunto, quien podrá quererte como yo 
siempre lo decías y me atabas a tu piel 
con ramos de besos y escuchabamos caer 
sobre los techos de zinc 
lluvias de otoño en abril 

tengo esa nostalgia de domingo por llover 
de guitarra rota 
de oxidado carrusel 
ay, Alelí 
pobre de mí 

yo te desnudaba para ver como era el mar 
y el mar se enredaba mis deseos de volar 
ibamos tan lejos que olvidábamos volver 
nos traia el angel ciego del amanecer 
y se acostaba a tus pies 
como un gatito siames 


tengo esa nostalgia de domingo por llover 
de guitarra rota de oxidado carr
usel 
ay, Alelí 
pobre de mí 

Esta noche quiero que bailemos otra vez 
la cancion que el viento nos cantaba en el ayer 
ya sabre el infierno como hacer para aceptar 
que baile en mi celda con tu sombra sin parar 
como he podido matar a quien me hacía soñar 

tengo esa nostalgia de domingo por llover 
de guitarra rota de oxidado carrusel 
ay, Alelí 
pobre de mí


8.21.2011

Frustración, y punto.